La bancada del PRI en la Cámara de Diputados ha dado un paso audaz y emotivo al presentar una iniciativa de reforma constitucional que podría cambiar radicalmente la vida de millones de mexicanos.
Con pasión y compasión, los priistas han propuesto enmendar el artículo 4º de la Constitución para garantizar que «todas las personas mayores de sesenta años tienen derecho a recibir por parte del Estado una pensión no contributiva en los términos que fije la Ley».
Esta acción llega en un momento crucial, ya que se destaca que actualmente solo 10 millones 259 mil 861 ciudadanos son beneficiarios de la Pensión del Bienestar otorgada por el Gobierno Federal, dejando en el frío a aproximadamente cinco millones de compatriotas, sin importar su situación económica.
La propuesta del PRI, que ha sido enviada a la Comisión de Puntos Constitucionales para su evaluación y dictamen, resalta la creciente necesidad de sistemas de pensiones no contributivas en un México que está experimentando un cambio demográfico sin precedentes.
Esta iniciativa se presenta como un faro de esperanza en medio de una discusión que ha evolucionado a lo largo de los años, desde la creación de la pensión alimentaria en 2001 hasta las reformas recientes, sin lograr resolver los problemas fundamentales de un mercado laboral precario y una informalidad laboral rampante.